El cuerpo es un bien enorme que debemos querer muchísimo; el cuerpo es una infinidad de formas, de sentidos, de pulsaciones, un templo al que deberíamos escuchar más a menudo.
Se suele mirar la fotografía de desnudos con un prisma erótico, pero resulta que esto no es lo esencial ni mucho menos la mejor parte. Lo más bonito en admirar tu cuerpo es cuando lo asimilas, lo conoces, lo entiendes y hablas con él.
Cuando logras identificarte con tu forma, te libertas de los tabúes sociales, morales; encuentras placer en la sexualidad, esa caja de hormonas de la felicidad. ¡Qué imprescindibles para una vida más sana!
Mi cuerpo, mi hogar es piel a la vista, es el poder de mirarse a una misma con cariño y amar cada rincón de su ser, es mirarse el cuerpo y encontrar la belleza que en él habita, es permitirse ser lo que tienes y admirarlo, es normalizar que puedes dar y recibir placer tal como eres, es ocupar el espacio que te pertenece.
Como fotógrafa y como mujer, busco la empatía entre cuerpo y alma, esos detalles a los que quizás nunca mires y que te hacen preciosa porque eres tú.
Ojalá pudieras darte cuenta lo hermosa que te ves cuando confías en ti.